UN POCO DE HISTORIA DEL TURF ARGENTINO...LA GENERACION DEL CENTENARIO (2DA. PARTE)
- María Florencia Giraudo
- 7 nov 2016
- 3 Min. de lectura


LA GENERACION DEL CENTENARIO(2DA.PARTE)
El criador José Zubiaurre, propietario , como se recordará, del tenaz Buenos Aires, tuvo en su caballeriza, a fines del siglo pasado a otro crack famoso por aquellos tiempos: se trataba de Porteño, quien se impuso en el Gran Premio Nacional sobre el caballo uruguayo Imperio, que hasta la mitad dela recta final parecía seguro vencedor. Porteño volvió a derrotar al oriental Imperio en el clásico Internacional del año siguiente y logró gran cantidad de victorias en muchos grandes premios. Llegó incluso, a correr el Internacional de 1897, donde escoltó al 3 años Pillito. Justamente ese año de 1897, frecuentaban las pistas de Palermo dos potrillos sobresalientes: el nombrado Pillito y Orange. Este último, mientras disputaba el Nacional de esa temporada, batió a Pillito y Gonin estableciendo el récord de la distancia 2m 39 s.
En 1902, apareció en la arena un magnífico producto nacional, hijo de Saint Mirin, criado por el señor Saturnino Unzué. Al cuidado del stud Escocés, bajola batuta del compositor Edmundo Frázer (y con la monta de Vicente Fernández) , ganó la cuádruple corona. El nombre del veloz tordillo pronto se hizo popular y los diarios no cesaban de estamparlo en sus grandes titulares: se trataba de Pippermint. Este caballito, cuya sola presentación arrastraba hasta las gradas de Palermo a gran cantidad de aficionados, tuvo mala suerte, porque Unzué se lo vendió a un amateur que lo llevó a Sudáfrica, donde fracasó totalmente.
Vuelto a Buenos Aires, Pippermint fue confinado en el haras para actuar como reproductor, dando origen a Papanatas, Grandoumint, Proeza y Payaso, del cual fue abuelo.
En 1908, otro caballo nacional - también ídolo popular- se apuntaba un récord al ganar la cuádruple corona y 18 carreras más, acumulando 272.858 pesos en premios: una cifra que ningún otro caballo había totalizado hasta ese entonces. Era un alazán hijo de Orbit y Moissonneue y defendía los colores de la Petite Ecurie; sus propietarios eran los mellizos Adolfo Y Rufino Luro y estaba al cuidado de Lauro de los Santos; su nombre era Old Man y la tribuna popular lo había bautizado con un apelativo casi mayestático: El Grande.
No obstante, el récord en premios acumulado por Old Man fue superado al años siguiente, 1909 ,por Melgarejo, con un efectivo de 355.348 nacionales; reinado que este último conservó hasta 1926, cuando Macon lo desplazó de las estadísticas repartiendo entre sus propietarios la jugosa suma de 446.635 bataraces, cifra que representaba (para que se tenga una idea de su monto) casi la mitad del comercio que Argentina desarrolló con los Estados Unidos en ese mismo año.
Pero volvamos a Old Man: gano dos veces el Pellegrini, dos Copa de Oro,la Polla de Potrillos, el Jockey Club y el Nacional.Old Man, solo perdió un cotejo, fue el premio Comparación de 1904, corrido a la semana de ganar el Nacional y disputado sobre pita fangosa. Lo derrotó, en esa circunstancia, Padilla ( por solo medio cuerpo), al que Old Man batió , cuatro semanas más tarde -de punta a punta- estableciendo un récord en los 2500 metros de 2m 37 s.
Una vez que El Grande fue llevado al haras El Moro, resultó ser un vigorozo padrillo. Tanto que los entendidos estiman que él y Congreve fueron los mejores sementales que tuvo la Argentina. Fue padre de Espirita, San Jorge, Botafogo y otros. Tres veces encabezó la estadísticas de padrillos y 9 veces la de abuelos maternos ganadores.
Caballos de la calidad de Old Man no suelen nacer todos los años. Sin embargo, dos temporadas después de su debut, apareció Melgarejo, cuya meteórica campaña como potrillo recordó a los habitués del turf la que deshilvanara Etoile 13 años antes. Melgarejo, con su actuación rutilante, acrecentó -por comparación- las virtudes de Old Man. Resulta que éste ganó el Pellegrini de 1904 siendo potrillo y el de 1905 a los 4 años de edad,batiendo , en esta última oportunidad, al debutante Pelayoque - pese a perder- fue el mejor potrillo de su generación.
En 1906 Pelayo ganó el Pellegrini batiendo a Melgarejo, héroe de incontables clásicos, incluso de la triple corona de ese año. Muchos aficionados, entonces, realizando una suerte de matemático y turfístico carácter transitivo, supusieron que si Melgarejo fue derrotado por Pelayo y éste por Old Man, Melgarejo habría sido derrotado por Old Man de haberse enfrentado alguna vez en las pistas. Este razonamiento, que a un lego podría resultar más o menos alambicado, es perfectamente normal para el catedrático, habituado a mitigar sus fracasos especulativos con laberínticas comparaciones improbables.
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